UPEL- IPC
El
Diccionario de la Real Academia Española (2006) define el plagio, en una de sus
acepciones, como la acción de plagiar, y plagiar como: copiar en lo
sustancial obras ajenas, dándolas como propias.
El plagio
debe ser visto como un crimen capital de la comunidad académica, ya que
frena el desarrollo y la transmisión del conocimiento, que constituye una de
las razones de ser de la academia.
¿Qué se
entiende por plagio académico?
Huerta
(2006) define el plagio académico como la acción de hacer pasar como propios,
ideas o textos que pensaron otros y que nos fueron transmitidos por ellos, bien
por escrito, oralmente o con algún otro mecanismo de comunicación.
Plantea
el autor que el plagio se consuma en dos circunstancias:
1. Cuando se
usan ideas textuales de otro sin respetar las comillas indicativas de
literalidad.
2. Cuando no
se presentan al lector los indicios necesarios para identificar de qué autor,
libro o documento o circunstancia fue tomada la idea ajena.
A este
grupo de circunstancias sumo otras que, a mi modo de ver, también dan cuenta
de ilicitud de una actividad:
1. Comprar
los servicios profesionales de otros para la elaboración de un escrito (artículo, ensayo,
ejercicio, trabajo especial de grado, tesis) que luego aparecerá ante la
comunidad académica como de elaboración intelectual propia.
2. Cobrar al
futuro autor por
guiarlo en el proceso de construcción de un escrito (trabajo especial de grado,
tesis); ello cuando quien cobra es un docente universitario y quien paga es un
homólogo de su misma universidad. En esencia, la labor de tutoría está dentro
de las funciones que un profesor universitario debe proporcionar a la académica
como contraprestación de servicios y por compromiso con la propia academia de
donde procede y quien le formó.
La Revista
de Información Tecnológica (2008), informa de otra forma de actividad
igualmente antiética: elauto plagio. Ello ocurre cuando los autores
hacen duplicidad de sus publicaciones, lo cual se hace con fines de acrecentar
el expediente de vida del investigador y mostrarse ante la comunidad con una
fecunda actividad intelectual.
El plagio
no es una situación nueva en las universidades, se tienen reportes de ello
desde la década de los sesenta del siglo pasado.
Etapas en
la evolución de la actividad de plagio académico
Coumes y
Sureda (2008) reportan tres etapas en la evolución de las prácticas de comprar,
vender e intercambiar trabajos académicos: una artesanal anterior al auge de
Internet; una segunda favorecida por la aparición de la World Wide Web (WWW) y
un tercer momento denominado “a la carta”, en el que, a través de Internet, se
compran y venden trabajos académicos, elaborados a las necesidades del usuario.
A esta etapa se deben agregar también aquellos que se ofertan fuera de la red a
través de “empresas” constituidas para atender este tipo de demandas.
En la
época actual el uso de Internet, el acceso a contenidos digitales y a los
albergados en la red, han provocado un auge en las prácticas de plagio entre el
alumnado universitario y personal del entorno académico.
Clasificación
del plagio académico
Se
reporta una clasificación tal vez simplista, pero esperanzadora, acerca del
plagio: plagio intencional y no intencional (Coumes y Sureda, 2007).
En el
caso de plagios no intencionales o accidentales, el autor hace uso de parafraseados
de manera inadecuada o realiza de manera incorrecta la citación de
los recursos y bibliografía utilizados. En tales circunstancias la situación
puede superarse con tan sólo hacer los señalamientos a los autores acerca de
cómo hacer de manera correcta los reportes de las referencias en el texto.
Los
plagios intencionales se presentan cuando: se compra o descarga un trabajo,
y se presenta la obra como propia; igualmente se incurre en plagio
intencional cuando se copia un texto completo o partes de distintos textos
dentro de un escrito y no se señala la fuente original o se presentan como
propias dichas palabras o reflexiones; asimismo cuando se hacen traducciones de
trabajos completos o partes del mismo sin indicarlo.
La
situación en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador
En la
UPEL se han recogido quejas de autores que dicen haber sido plagiados; se han
escuchado denuncias a través de correos electrónicos anónimos; se tienen
noticias de la práctica de dicha actividad por parte de estudiantes de
postgrado quienes para la elaboración de sus trabajos de grado, utilizan la
modalidad “a la carta”. Sin embargo, no se han hecho denuncias formales ante
las instancias académicas, administrativas y judiciales para enfrentar ésta
actividad ilícita y deshonesta que atenta contra la producción intelectual.
¿Qué se
puede hacer para enfrentar la situación?
La
práctica del plagio académico tiene que ser combatida desde todas las
instancias implicadas de manera directa e indirecta; sin embargo la mejor forma
de hacerlo es fortaleciendo los valores en cada uno de los actores sociales
protagonistas del entorno universitario: estudiantes, profesores quienes actúan
como autores, jurados y árbitros en el transcurso de su actividad académica.
Algunas
de las acciones que se pudieran realizar son:
1. Conocer los valores y principios éticos
que rigen a la universidad, incorporarlos al conjunto de valores personales y
actuar en sintonía con ellos.
2. Promover la reflexión acerca de los
valores personales y de la ética respecto a los productos intelectuales que se
generan en el quehacer universitario.
3. Establecer diálogos permanentes a fin de
distinguir entre lo que es una producción académica propia y otra ajena;
revisar las consecuencias, trascendencias e implicaciones del plagio tanto para
vida como estudiante y como profesional.
4. Promover talleres acerca de cómo escribir y cómo
citar referencias en trabajos académicos.
En adhesión a lo anterior,
Coumes y Sureda (2007) plantean que, en lo que respecta a la prevención del
plagio, pueden realizarse varias acciones:
1. Una regulación punitiva: aplicar las normativas vigentes tanto en los
reglamentos de estudio como en los comités de arbitraje de revistas.
2. Anulación del trabajo presentado.
3. Reescritura del mismo, demostración por parte del
autor que en efecto lo escribió.
4. Retardo
en el grado académico o, como último recurso, la supresión de una titulación o
la expulsión de la institución universitaria.